Es frecuente observar en un perro dormido movimientos involuntarios de las patas. En otras ocasiones gruñen, hacen gestos, mueven los ojos bajo los párpados cerrados o se les eriza el pelo.
Es muy difícil determinar los contenidos de los sueños de los perros (si son, por ejemplo, recuerdos de vivencias del día o cumplimiento de deseos no satisfechos) así como la forma en que se producen (si se trata de sueños visuales, auditivos o ambos), de cualquier forma lo que sí puede afirmarse con certeza es que los perros tienen sus propias vivencias oníricas.
Via twitter: @W_e_t_s
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